Le gustaba la lluvia. Le gustaba mirarla y disfrutaba viendo como mojaba todo, y el olor que desprendía la tierra al mojarse... "ojalá pudiera embotellar este aroma" pensó.
Le gustaba la lluvia por muchos motivos, pero uno de ellos es que podía ver en el cielo el reflejo de su interior. Gris, húmedo, y triste.
Desde su sillón favorito, miraba ensimismada como el agua mojaba todo lo que encontraba, como la gente corría a refugiarse, como el tiempo pasaba ante sus ojos y ella no hacía nada.
Sólo pensaba. Extrañaba. Planeaba alternativas que se esfumarían antes de que se plantease hacerlas realidad.
Se sentía agotada...
Pensaba en él, en que hubiera sido su hubieran luchado, si hubieran sido fuertes, si la vida y los kilómetros no se hubieran interpuesto entre ellos... Pero solo eran pensamientos, pues no hará nada, como no lo hizo entonces. Y ahí estaba, viviendo una vida que nunca planeó, que nunca esperó. Pero tampoco hará nada por cambiarlo.
También pensaba en su tierra, el pequeño pueblo donde pasó su infancia y juventud, donde fue tan feliz... y al que llevaba años sin ir. le encanta ir a pasear junto al río, sentarse en la orilla y mirar, escuchar, dejarse acariciar por el cálido viento. Allí fue otra, o tal vez era aquí donde era otra, pues aquella muchacha luchaba cada día por ser feliz (aunque no le costaba tanto). Allí sentía el abrigo de sus más íntimos amigos, el consuelo de las calles por las que tanto tiempo había pasado, el refugio de los árboles que la habían visto crecer. Y se sentía tan vacía tan lejos de allí... Pero seguía sin hacer nada. Cada vez que pensaba en volver, se le ocurrían más motivos para no hacerlo que la vez anterior. "Ya no es el mismo lugar, ni la misma gente, ni siquiera yo soy la misma... ¿qué pretendo encontrar allí?"
Y así pasaban los años. Sin volver y lamentando hacerlo.
1 comentario:
has abandonado el blog! :O :(
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