Paulo Coelho.
Acabo de leer esa sabia frase, y no he podido por menos que entristecerme. Aquel que en su día pensé que sería mi camino y mi destino, hoy se ha tornado en un estrecho, oscuro y angosto sendero, rodeado de árboles secos, obstáculos y sin final...
Me siento tan desvinculada del que fue mi hogar en mi corazón que me siento de tierra de nadie. Un emigrante allá donde voy. Y pensar que era feliz, que sólo era feliz allí. Y pensar que me puede más el dolor. Y lo malos recuerdos. Y pensar que se me amarga la boca sólo de pensar en volver.
Cierto es que creo que debería cerrar ya la puerta, pero algo dentro de mi me lo impide, al menos, debo poner una puerta con mirilla.
Espero que sea un hasta luego, no un adiós.
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